¿El representante electo de la CGT es alguien ontológicamente tan malvado, como parece que ahora acabamos de descubrir? ¿O algunos en el campo nacional y popular venimos haciendo las cosas no tan maravillosamente como debiéramos?
Pensémoslo un minutito y en abstracto ¿Pueden las máximas representaciones
de los trabajadores estar afuera de la mesa de decisión de un proyecto popular?
¿En qué momento comenzamos a naturaliza que tal cosa fuera posible, viable y quizá
(según escuche a algunos compañeros) deseable?...
Los espasmos de indignación 678chescos
están bien para charlar con la vieja del almacén, pero la militancia... debe comenzar
a darse algunos debates. El microclima no enriquece ningún proceso compañeros.