Desvelo invernal

La madrugada bulle y el rumor febril del día, disipándose en la mente. Una semana de rencuentros y de abordajes novedosos. La historia gruesa del gran relato ¿Mediático? ¿Político?... Y la zozobra de una vida que, redescubrimos de vez en cuando, puede centellar con fulgor propio.

Amar, ansiar, palpitar, devorar, lo que se nos plazca. Como un demonio conjurando bajo la sola voluntad de las emancipaciones profundas. Esas que se realizan en el altar sacrificial de un deseó que sucumbe ante su concreción. Que como una viuda negra sabe que no hay mañana para la especie si no hay muerte en el coito. Pero cuya ofrenda no se realiza sin una espiritualidad trascendental de la conciencia. Sin abrazarse y entregarse sanguínea pero gustosamente al abrigo de la responsabilidad para con el otro. Circulos de luz agitandose perpetuamente en la eternidad.

Estoy de vuelta. En mi integralidad. Religada. Condensando experiencia y sueños. Destilando lo mejor que los míos, esos que elijo y me elijen, pudieron legarme en el camino compartido. El viento solar me saluda y yo extiendo mi mano para sentirlo llegar con este amanecer que nos celebra. Amen