De Pater y Medina
Desde algún luminoso rincón de los años
envuelto en azulado smog de cigarros
que todo lo contamina a tu llegada
regresa el andar macizo de tu porte,
firme como un tronco, recto y erguido,
de brazos que arriman aguante a cualquier causa,
por el mero hecho de ser nuestra.
Tesón compañero,
a los gritos si hace falta,
con la critica fácil de asomar
en esa garganta de dragón
que todo lo calcina.
Dedo mocho naufragando
a todo exceso que se ofrende
generosamente compartido
videojuegos, escabio, puchos o metal,
todo celebración y todo lucha.
Siempre eludiendo dejar entrever aquella pena
que intuimos merodear tu alma en el silencio,
por que ser el fuerte entre nosotros
fue tu vocación
y la cumpliste.
Trocando tu cabellera vikinga por
una no menos recia calva de matón;
partiste un día, así de pronto.
Para hacer Patria allá adonde
ni sospechábamos posible de intentarse.
De cuando en cuando llegan hoy
noticias de tu suerte, tu mujer
o ese solcito que es la baba de tu casa…
Y se nos hace la ilusión de que vuelve el rol,
con sus madrugadas extasiadas
Entre Gouls, tiroteos, verde mate tiñenendo los pjs, dados raros y biscochos.
A la mejor ya estamos grandes,
pero nuestro deseo es reincidir,
arrebatándole al menos una vez al año
ese privilegio de tenerlo en nuestra mesa.
De sentirlo cerca, hermano y compañero
Como finalmente a estado siempre.
Como jamás podremos dejar de estarlo ya.
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